Mi nombre es Sandra Haya. Nací en el verano del noventa y ocho en un pequeño, y precioso, pueblecito de la costa cántabra del que vivo enamorada desde ese preciso instante. La escritura siempre formó parte de mi vida; desde cartas en las que proclamaba mi amor eterno a mis más allegados, hasta historietas sin pies ni cabeza que me permitían saltar barreras y muros, a pesar de la imposibilidad física que me suponía hacerlo. A partir de 2013 comencé a tomármelo más en serio, y en 2015, a pesar de estar segura de que fracasaría en el intento, abrí este blog.

Hay certezas que no existen y futuros diversos que ponen todo del revés, por eso no sé dónde estaré mañana, pero puedo asegurar que viviré para escribirlo.