Si me buscas, te convendría saber que yo tampoco sé cómo encontrarme, que me siento más sola cuando estoy contigo, pero que no me hace falta caminar cuando estás tú porque me sobran alas, y motivos, para lanzarme al vacío. Te convendría saber que no sé decidirme, que vivo en el limbo entre la felicidad y la tristeza, porque de la felicidad han nacido mis más bonitos recuerdos, y de la tristeza siempre hice mis palabras más eternas, que un día conseguí definirme en una frase, y desde entonces es ella la que me define a mí cuando yo no sé ni encontrar mi norte. Que soy fría para los que no saben mirarme, porque siempre he tenido claro que si te aventurabas a observarme de forma alguna, tendría que ser desde lo más profundo del corazón. Que soy la mezcla perfecta entre el miedo y la locura, y que me enamoré antes incluso de saber qué era el amor.
Si me buscas, te convendría saber que vivo bajo el yugo del pasado, que me mira con los ojos de nostalgia cada vez que se da cuenta de que no vuelve al presente algo que ya dejaste ir, y que las personas que alguna vez formaron parte de mi vida, lo siguen haciendo, aunque ya no formen parte de mí. Que a veces soy prioridad para morder el polvo, porque todavía no he encontrado nada que se me dé mejor que dejarme caer.
Que soy feliz con cuatro cosas,
Y las cuatro tienen nombre.
Y que si realmente me buscas,
me encontrarás allí donde tú, también, pierdas el norte.