Ahora que todo ha cambiado,
que nuestra canción ya no suena igual
y ya nadie la baila,
te busco entre las costillas,
costuras
y te encuentro las cosquillas,
consciente del peligro que supone
amar el fuego que quema
sabiendo que por mucho tiempo que pase
ninguno podrá calentar igual,
o mejor
que nosotros.