Golondrinas

Floreces, como si la primavera se abriera paso ante mí cada mañana, y amaneces sonriendo entre mis piernas, renaciendo de las consecuencias de querer arder cada vez que llega la noche y apago la luz. Vuelo como ese pájaro que aun teniendo todo el cielo para surcar, prefiere dormir en el de tu boca, y es que nunca me he sentido tan libre como atada a ti.

Desde que llegaste soy una seguidora acérrima de todos los antónimos que me provoca quererte, y es que ya no existe palabra posible para describirte, hasta la poesía solloza desconsolada porque ahora los poetas lloran al escuchar tu nombre y ya no quieren recitar el suyo.

Respiras, poniéndole banda sonora a toda una vida, como queriendo englobar en un suspiro tus ansias de libertad y todo lo que ya has vivido. Sonríes atrapándome entre tus labios, acariciando cada centímetro de mi cuerpo, cuidándome, abrazándome fuerte, alejándome del miedo y haciéndome el amor.

Somos una película sin final en un cine de verano, una tarde en el sofá con mis pies en tu regazo, mi canción favorita en reproducción contínua, un beso cuando sobran las palabras, una canción de Frank Sinatra, un cuadro de Frida, un poema de Lorca, las golondrinas de Bécquer, una tarde de abril, un clímax con final feliz.

Somos la revolución de los que aún quieren vivir enamorados.

Somos nuestra propia revolución.

Tan nosotros que duele, y tan tú que enamora.

Tú, siempre tú. Y qué bonito.

Feliz San Valentín, cariño.

Anastasia

 

(PREMIO CALIDAD LITERARIA III CONCURSO DE RELATOS DE AMOR Y DE AMISTAD DEL IES JOSÉ DEL CAMPO)

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s