Se abre el telón y con el una de esas historias que se te quedan clavadas en el corazón. Una de esas que sabes que no van a salir bien pero aún así te arriesgas y juegas, porque te gusta sentirte al borde del precipicio, con la adrenalina quemando tu piel, abajo el infierno mientras que a tu lado sólo está él. Porque te gusta como te hace sentir cuando te mira, porque te hace sentir única. Segura.
Hasta que sólo ves infierno, precipicio, y se cierra el telón. Sin él.