No te puedo ofrecer más que todo lo que soy. Igual no es suficiente, pero es todo. Soy joven inexperiencia embutida en falsa seguridad.
Tan solo quiero pasar toda mi vida a tu lado. No pido más. Me conformo con que te acostumbres a ver mis ojos llorosos, y aguantes todos esos gritos que solo son un silencioso ‘no me dejes nunca’. No todos los días serán buenos, pero los buenos serán inolvidables. Te besaré tantas veces que mis labios parecerán una prolongación de los tuyos. Te haré el amor con la mirada, con el corazón, con los labios, con el alma, con cada texto que escriba por y para ti. Pasaré cada minuto a tu lado como si te fueras a ir en cualquier momento, y prometo despertar cada mañana en tu pecho como si no hubiera tierra firme más allá de nuestra cama.