A veces pienso que soy la única que ve al hombre que se esconde detrás de esas gafas y esa carrera brillante. No sé si estaré equivocada, pues no puedo hablar por todo el mundo, pero detrás de todo eso puedo vislumbrar en sus pupilas a un chico con ganas de disfrutar, de vivir y de encontrarse en la cama con una mujer que le espere con las piernas abiertas, y un ‘te quiero’ tirando de los labios.
Es mucho más que sus estudios y su inteligencia. Es un amigo, un hombro en el que llorar y una fuente inagotable de sorpresas. Es ese chico que sabe como hacerte sonreír y no permite que estés triste. Es ingenio, es sensibilidad, es ternura. Simplemente es una persona que merece la pena conocer, no decir que conoces sin saber absolutamente nada de él.