Los recuerdos arañan mi mente a medida que el tequila arde en mi garganta. Siempre me dijeron que los desengaños dolían, pero a la vista está que eso sólo era una expresión a escala de lo que de verdad iba a sentir. También me dijeron que las penas con alcohol se olvidaban, y aquí estoy, por mi cuarta copa, en un bar de mala muerte, con tu nombre en los labios y con ganas de ti.
Sandra Haya