Nothing like us.

Puede que ayer lo viéramos todo mejor de lo que hoy lo hacemos. Puede que ayer hubiera sido mejor concedernos sólo un saludo de cortesía después de tanto tiempo. Pero no hubo sólo un saludo, ni sólo un abrazo, ni sólo un beso. Ninguno de los dos quería eso. Ninguno, y por supuesto yo soy la primera en admitirlo. No podía esperar más tiempo para comprobar si conservabas las costumbre de morder al besar, o si me seguías diciendo cuanto me amabas con los ojos inyectados en lágrimas, o si simplemente nuestras piernas seguían encajando igual de bien, entrelazadas, entre las sábanas. Y si ahora me preguntaran si estuvo bien lo que hicimos, haciendo caso omiso a lo moralmente correcto, diría que sí. Que ese fue un polvo de los de repetir y repetir hasta romper las patas de la cama. Hasta que la vecina de quinto, sí esa, la de los rulos, nos dejara sordos y posiblemente desgastara el timbre, también. Que vale, que tenía que haber pasado la noche con quien debía pero la pasé con quién amaba.image

Y es que, en temas del corazón, la cabeza no pinta nada.

Sandra Haya

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s